Al anunciar el estreno de Mulán en Disney+ en ciertos territorios donde la plataforma actualmente está disponible podemos pensar que la industria cinematográfica enfrenta diversos retos y oportunidades.
Para entender este paso que tendrá repercusiones en diferentes ámbitos debemos regresar al mes de abril de 2020 donde Universal Pictures estrenó la secuela de la película Trolls titulada Trolls World Tour en algunos países en salas cinematográficas a pesar de la pandemia. Tuvieron una ganancia entre 10 y 12 millones de dólares en taquilla de una película cuyo costo fue de $100 millones de dólares. De esta manera se evitaron pérdidas más profundas con este proyecto. La salvación de esta producción era el lanzamiento digital. Con varias familias ávidas de entretenimiento se logró colocarla en plataformas digitales a un precio de $19.99 dólares por una renta de 48 horas.
Al hacer esto recaudaron en 3 semanas, lo que en 5 meses con la primera película de Trolls. Esto significa que el usuario “rentaba” algo etéreo e inmaterial por una duración de 48 horas. Hasta cierto punto las ganancias de esta película no fueron una pérdida para el estudio pero no contaron con los grandes beneficios si hubiese sido proyectada en salas de cine de todo el mundo conforme a lo planeado.
Aquí es cuando la aparente fluidez y libre andar de internet se topa con baches y rutas hacia diferentes callejones sin salida. Por un lado, se abre la oportunidad de compartir diferentes tipos de contenidos audiovisuales y, por otro lado, se ven encerrados y enredados entre distintos mercados de propiedad intelectual y de limitaciones de alcance, según los territorios comerciales.
¿Qué quiere decir esto? Es sencillo. Si alguien tuvo la oportunidad de ver Trolls World Tour, de manera legal en sus dispositivos, es porque estuvo dentro de los límites digitales de Estados Unidos. Por lo tanto, el mercado internacional no pudo y hasta ahora, no puede experimentar esta película en casa. Sin embargo, los artículos promocionales y juguetes de la película se pueden adquirir sin siquiera haberse estrenado este filme en todo el mundo. Las trabas legales corresponden al tiempo que se ha negociado con diferentes cadenas cinematográficas, para su distribución.
La ventana de exclusividad en salas de cine abarca 90 días de exhibición para después llegar a Video On Demand (VOD) o a estreno de renta digital. Después llegaría la introducción física de la película a manera de objeto de colección y con la finalidad de una consulta posterior, sin pagar una cantidad adicional. Sumarse a televisión por cable o plataformas en streaming, para estar finalmente en televisión abierta, es la ruta de películas que usualmente se estrenaban en salas cinematográficas. Todo esto se realiza por medio de calendarios cartográficos pensados cuidadosamente.
Tomando en cuenta la interrupción y adaptación que hemos tenido que realizar este año, la disponibilidad de las pantallas de los dispositivos electrónicos; podrían ser una parte de la solución a este laberinto de flujo comercial digital. Eso sí, la experiencia de ampliar la imagen en un sala oscura, con sonido envolvente, nunca será igual.
La otra solución radica en abrir los impedimentos legales inmateriales, por territorios, para tener la profundidad necesaria de un lanzamiento global en plataformas digitales. De esta manera, se tendría un gran alcance y sería redituable. Con esto, los sistemas de doblajes de voz y de subtítulos, se mantendrían activos y relevantes, más que nunca. Disney+ tiene cerca de 15 idiomas subtitulados en ciertas películas, series o documentales. Dos versiones para castellano (España y Latinoamérica) y dos versiones de portugués (Portugal y Brasil). Esto es muy útil para quienes practican otro idioma o desean interesarse en aprender uno.
Los 15 idiomas antes mencionados para subtitulaje, no se encuentran disponibles en el doblaje de voz. Tal vez esto sucede porque se debería a los actores de doblaje, una cantidad extra por cada territorio donde su voz sea reproducida fuera de su zona original. Tiene sentido, pero se pierde la oportunidad de expandir la enseñanza de otros idiomas.
Hamilton, que se puede ver en exclusiva en Disney+, incluye subtítulos en inglés pero en ningún otro idioma. Aquí tiene sentido que no haya doblaje de voces en español, pero el no poder leer en otro idioma el significado de lo que se trata esta obra, logra que se aleje una parte del público. A diferencia de la versión de Broadway de Newsies, ésta sí cuenta con subtítulos en otros idiomas, así que cuando Disney+ llegue a México el próximo noviembre la podrán disfrutar sin problemas. Tal vez estén trabajando en los subtítulos de Hamilton en este momento ¿o acaso será que por diferencias de territorio geográfico no la puedan estrenar inmediatamente en Latinoamérica?
Black is King de Beyoncé, nada más cuenta con subtítulos en español, en la secciones donde no existen canciones dentro de la narrativa. Lo mismo sucede con el musical galardonado Springsteen on Broadway, en Netflix, donde tampoco subtitularon las canciones y en esta caso, el mensaje se ve interrumpido de nueva cuenta para quienes no comprendan inglés. Habrá que considerar la expansión lingüística, siempre que se desee abarcar mercados georeferenciados inmateriales.
El caso de la película de Disney-Pixar, Coco, es curioso pero obedece al público objetivo perfectamente segmentado. En la plataforma de Disney+ en Estados Unidos se encuentran dos versiones de Coco: una en inglés y otra en español. No habilitaron los idiomas en una sola versión. Lo hicieron de esta manera para que sea más rápido elegir la opción deseada, desde antes de reproducir el archivo digital. Por esta razón vemos dos iconos de la misma película en toda la plataforma, pero una tiene el texto de versión en español. ¿En México tendremos dos versiones de la misma película o estará en español por default? ¿Qué idiomas serán habilitados en Latinoamérica para esta película y para el resto del contenido?
Ahora, si en agosto del 2020 alguien quisiera comprar la película de Trolls World Tour, debería desembolsar $19.99 dólares. Y si alguien la rentó ya habría invertido un total de $39.98 más impuestos, por una película digital. Si antes, los estrenos de televisión detenían actividades y era la plática del día siguiente: ¿qué sucederá con estos lanzamientos de renta premium? ¿Qué porcentaje del público estará dispuesto a pagar por una renta inmaterial limitada cuya expansión detonará en los últimos meses de este año?
$29.99 es la cantidad establecida para poder reproducir Mulán en Disney+ en Estados Unidos a partir de septiembre. Hasta ahora, la renta de la película estaría supeditada a la plataforma y no permitiría tenerla en una colección digital abierta. Black Widow, con Scarlett Johansson en el rol principal podría estrenarse de la misma manera en noviembre.
Movies Anywhere (disponible únicamente en Estados Unidos) permite “tener” la colección de películas en esa plataforma y en otro servicio donde se decidió comprarla. Es decir, si se compra en iTunes se podrá ver en AppleTV y en el sitio de Movies Anyhwere. Lo mismo sucedería si se eligen películas en Movies Anywhere y después se adquieren en las tiendas digitales de Google Play, Vudu o Microsoft. Eso sí, este servicio no aplica para las películas de Paramount, Lionsgate o MGM.
La reproducción del producto físico e inmaterial, se permite por medio de códigos impresos en papel, incluidos en la versiones físicas de las películas con todo el material extra, ya sea en Blu-Ray o DVD. En México, esto apenas está en pañales debido a la restricción de contenido digital. Si alguien desea adquirir la película digital y física en un solo producto, deberá comprarla dos veces. Además de que no todas las podemos adquirir en la más alta resolución de imagen cuando se trata de formato inmaterial. El contenido que se adquiere físicamente, debería ser el mismo de manera digital. En este caso, lo inmaterial tiene diferentes limitaciones legales y terrenales. Tal vez haya limitaciones de reproducción tecnológica en México y otros territorios, pero con la infraestructura acertada podría atraer al público. ¿Por qué no intentarlo y más ahora en la época del pandetenimiento?
En México, si se compra una película en Cinépolis Klic, Claro Video o Prime; el acceso al archivo se queda en una sola plataforma sin tener un punto general de encuentro, donde se puedan ver todas las películas que se hayan pagado anteriormente. Es decir, se deberá brincar entre plataformas para reproducir cada contenido. AppleTV podría funcionar de esa manera, al concentrar los títulos previamente adquiridos pero siempre se reproduce el contenido en la plataforma de compra o renta original. En Movies Anywhere, que ejerce la función de central de archivos, ahí mismo, se reproduce el contenido y no necesita saltar entre diferentes plataformas.
Hasta ahora en iTunes México, $249.00 es el costo del concierto de Metallica S&M2 en formato HD; la misma cantidad corresponde al precio de Joker en formato 4K, con material extra. Esta disparidad de calidad de imagen en el contenido, podría ser un factor a la hora de comprar un bien inmaterial. En iTunes de Estados Unidos, el concierto de Metallica S&M2 está a la venta en $15.99 ($356.00 pesos mexicanos) la versión de Joker se encuentra en $14.99 (aproximadamente $339.00 pesos mexicanos). El mismo contenido tiene precios diferentes según el territorio y la divisa: ¿será que habrá otro ajuste de precios correspondiente al contenido inmaterial?
¿Qué sucederá con el estreno de Mulán? ¿Llegará en algún punto a estrenarse en televisión abierta o en algún canal de televisión por cable, si Disney tiene en exclusividad los derechos de este filme? Esto hará que uno de los estrenos tan esperados de este año se quede atrapado en Disney+ por una temporada, es decir; en una sola plataforma cuando se estrene en septiembre. Después de seguro llegará a la venta y renta en demás plataformas y también en ediciones físicas normales y de colección. ¿Dará el gran salto a televisión de paga o hasta la señal abierta?
En iTunes de Estados Unidos, las siguientes películas se encuentran disponibles: Capone con Ed Hardy ($9.99 en HD a la venta), El Secreto con Katie Holmes (19.99 en HD en renta), Scoob! ($19.99 en 4K a la venta), Mr. Jones (14.99 en HD) y Trolls World Tour ($19.99 en 4K en venta). Ninguno de estos títulos se pueden rentar o comprar en la tienda de iTunes de México. De nueva cuenta nos topamos con la regulación y restricción de derechos de propiedad intelectual inmaterial. Si los estudios cinematográficos encontraran la manera de regular estrenos digitales simultáneos, la inversión por película podría salvarse. ¿Será que los días de estrenos mundiales en salas de cine o funciones de medianoche, se transformarán y regresaremos de nuevo a cuando debíamos esperar unos meses para ver las películas tan anheladas? Aquí tiene que ver con la distribución de contenidos que corresponde a cuestiones comerciales.
El nicho del público se reduce cada vez más al ser más específico en lo que se desea ver. Si se desea ver una película de culto de otras latitudes lo mejor sería comprarla por medio de los canales adecuados. Varias personas se quejan a veces de que no existen opciones, más bien, estas personas deberían aprender en saber buscar o invertir en algo que sí desean tener de manera material y no de manera inmaterial. De esta manera, invertir en una colección física lo vale mucho más cuando se tiene el acceso a la reproducción digital legal. La industria discográfica lleva la delantera, los distribuidores de audiovisuales deberían asesorarse con ellos.
Antebellum, protagonizada por Janelle Monáe estará disponible el 18 de septiembre en renta premium. La misma suerte se ha dibujado para Bill & Ted Face the Music que estelariza Keanu Reeves cuyo estreno será para el 28 de agosto. ¿Cuándo se planeará el estreno digital para Latinoamérica de estas película de manera inmaterial? ¿Será que Prime Video de Amazon pueda ser el primero en realizar este tipo de estrenos en México? ¿O acaso necesitaremos esperar más tiempo para que los doblajes necesarios y restricciones legales de cada región estén disponibles?
Otros títulos de estreno pero con son que no veremos próximamente en cines han adelantado su renta digital y se ubican en $6.99 dólares, es decir; cerca de $160.00 pesos mexicanos, sin embargo, no están disponibles fuera de Estados Unidos.
Encontrar el precio adecuado para la renta de medios audiovisuales, definirá el éxito o no, de estas estrategias. Esta globalización aplanada tiene sus trabas, pero de seguro encontrarán maneras de sortear estos obstáculos. ¡Vaya carrera!
Diferentes plataformas tendrán contenido que ingrese y se retire de sus filas debido a los derechos por territorio. Sucede y seguirá ocurriendo hasta que estos derechos terminen, sean comprados o modificados. Por ejemplo, al 5 de agosto, HBOmax anunció en su plataforma la salida de todas las películas de Harry Potter para que puedan ser consultadas en Peacock de NBC hasta otoño del 2021, y eso que son películas de Warner Bros. Pictures. Por otro lado, debido a que Friends fue producida por Warner es que no puede estar en Peacock de NBC, además de haber pagado los derechos correspondientes. Este oasis de regulaciones podría hartar al consumidor y dudar de lo que puede consumir de manera inmaterial.
Seguiremos con películas en formato SD, HD, 4K, 8K, 16K o lo que venga después para diferentes presupuestos o hasta que algún formato antiguo, ya no esté disponible o sea compatible con los avances tecnológicos de su momento. Esta pandemia puede lograr que los hogares mejoren los sistemas de audio y de video, porque regresar a vivir la experiencia del cine, será un largo camino amarillo. No por nada, Sonos ya ofrece una bocina compatible con Dolby Atmos. Son tendencias y análisis que emergen conforme salir al mundo exterior se vuelve un peligro constante.
La televisión abierta o de paga tiene su encanto porque se trata de experimentar en ocasiones transmisiones en vivo. Por esta razón varias plataformas han decidido transmitir canales de televisión abierta en sus apps. Los eventos deportivos son los que han suspendido sus actividades para reorganizarse y en el mejor de los casos ofrecer una experiencia única a sus aficionados. En NBA League Pass se pueden ver todos los partidos desde el campus deportivo de ESPN Wide World of Sports Complex en Orlando. No transmiten comerciales a diferencia de NFL Game Pass pero la NBA ha logrado un vez más poner el ejemplo en la manera de organizar eventos. Estas transmisiones al principio parecían algo relacionado con videojuegos porque al observar un partido podemos mirar las gigantescas pantallas a lo largo de la duela donde el público en sus casas apoya de manera remota al equipo local en zona neutral que permite esta conexión tan necesitada con los fanáticos. Estos aficionados se en convierten remanencias digitales de pixeles dentro de pixeles. La no presencia física es gracias a la simulación de ambientes planos que nuestro cerebro decodifica cada vez más cercanos aunque sean lejanos.
Si tan solo algunas ligas deportivas hubieran hecho caso en mantener un lugar blindado de extraños para poder seguir o iniciar sus torneos no tendríamos los brotes que suceden en la MLB o en la liga de futbol mexicano. De esta manera se debe revalorar lo que es importante en estos momentos. Aprender que el aislamiento inteligente puede ayudar no solo a reactivar el entretenimiento sino a reavivar las ganas de seguir adelante. Esto se logra con disciplina y un sinfín de condiciones. Si se considera que se trata represión es todo lo contrario porque es por el bien común. Las reglas son parte del juego. La burbuja es frágil si se permiten infracciones. ¿De qué lado queremos estar?
La era de la hiperprotección inmaterial muestra su evolución y forja de una manera sólida —vaya contradicción— el camino para la propiedad unilateral. A este paso tendremos diversas plataformas con contenido exclusivo y de catálogo. Ya lo sabíamos, pero vale la pena preguntar: ¿cuántos de estos servicios estarán dispuestos a contratar?